Al estar la Fuerza de Dios en todas partes, lo lógico es que esté dentro de ti, claro está, para los que conocen a Dios. Lamentablemente, la mayoría de la gente no conoce, ni tiene idea de qué es, quién es o qué significa esta singular palabra “Dios” y caen en la externalización creando un Dios fuera de sí mismos.
Dios es algo que no se puede comprender con el intelecto. Es demasiado grande para comprenderlo con algo tan pequeño y de ahí que se proyecte una idea de Él siendo el dinero, el glamour o cualquier otra cosa.
La Fuerza de Dios es parte de nosotros, la llevamos dentro y fluye a través de nosotros segundo a segundo, desde que nos estamos formando en el vientre de nuestra madre. De esta forma, si nosotros lo aceptamos, entendemos y por qué no, buscamos esa manifestación, veremos que llegaremos a sentirla fluyendo a través de nosotros.
Llegado este punto, un asombroso poder de percepción y bondad se verá manifestado en tu vida.
Hay un método guiado para este viaje; no es tan improvisado como la mayoría piensa, pero si es demasiado sencillo y por eso nadie toma en cuenta lo complicado y duro que es. Ya que llegar a este contacto con nuestro SER y llegar a conocer a Dios y más aún llegar a ser ¨AMIGOS¨, no es algo que cualquiera lo hace, no se necesita mucha fuerza de voluntad o no tener nada que perder: se necesita soltar las riendas de tu vida y ponerlas en manos de ÉL.
Quienes nos hemos casado con Dios es porque lo conocemos sentimos confiamos y amamos y queremos que así como nosotros lo hemos hecho, lo conozcan más personas. Que seamos más los que lo amemos y lleguemos a esa felicidad y paz tan maravillosa, pero sobre todo a la libertad de los místicos, de los místicos de verdad los que luchan por ser libres, los que pagan el precio y los que dan todo por SER LIBRES. La verdad os hará libres, pero en este caso es mucho más que eso, ya que la verdad es parte de esa libertad. Y NO ESTOY HABLANDO DE RELIGIÓN.
Esto es muy simple: cuando tenemos un amigo y es un amigo muy cercano, sabemos cuándo nos va a llamar por teléfono y cuando se siente triste ¿Por qué? Porque hay un lazo de comunicación entre ambos. Eso es lo que hay que tener con Dios, con ese SER Superior, ya que al tenerlo tenemos todas nuestras necesidades cubiertas y sabemos que quiere ÉL de nosotros.
Eso nos resuelve nuestra pregunta diaria de ¿y ahora qué? a donde voy, qué voy a hacer. Cuando tenemos un jefe tan confiable como Él no necesitamos absolutamente nada más. Sólo sentir lo que nos dice y eso solo se siente en nuestro interior. Y repito para esto hay que conocer nuestra máquina: esa máquina llamada cuerpo.
Veronica Saenz
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